Los natelíes mueren al ver su imagen sin transformar. Por eso, los campesinos colocan espejos a lo largo de las cercas para proteger sus animales. Él estudia las ubicaciones de día en su forma humana, y así puede vagar confiado de noche.
Lo que no previó fue que un equipo de biólogos colocaría cámaras con película infrarroja: al día siguiente, ellos le mostraron orgullosos las excelentes fotografías obtenidas durante sus últimas andanzas.
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