27 jun 2011

Policías y ladrones

A sus seis años ya es un niño grande, sabe que los disparos que se ven en la tele son de mentiras. Por eso, cuando le muestran el arma, no tiene miedo.
Pero no todo lo que brilla es oro: hoy espera en el quirófano a que tomen sus órganos para dar nueva vida a otros pequeños pistoleros.

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