El calor, la humedad y la sed casi lo han vencido. Ha visto dónde beben esos pájaros, pero no tiene fuerza suficiente para alcanzar el agua, en las alturas de la selva. Puede disparar a la planta parásita para hacerle un agujero de donde gotee aunque sea un poco, hacia la aridez de su lengua, pero sólo queda un proyectil.
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