Hoy vengo a despedirme de todos ustedes. Debido a las certeras opiniones de mis críticos he decidido no continuar. Concluyo que no sirvo para esto y es menester dejarlo, antes de confundir tesón con necedad. Estas son entonces mis últimas líneas, dedicadas a ustedes, amigos, para agradecer la paciencia y el tiempo invertidos en la lectura de mis textos. Ha sido toda una experiencia; los recordaré con cariño.
Adiós.
¡AJAJÁ! ¿Y qué dijeron: ¡uno más que muerde el polvo!? ¡PUES NO! Hace falta bastante más que eso para hacerme desistir. Así pues, me seguirán leyendo.
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