*Para Sony, donde quiera que esté.
El gremlin camina cabizbajo por las calles de Ficticia: su gato, compañero de correrías (gatillo de la imaginación), no aparece. Busca en la cárcel, en el hospital, en la plaza y hasta en el mar; se agota de cansancio y tristeza llamándolo por los callejones.
Varios días después, de regreso a casa con los ojos húmedos y perdida la esperanza, lo sorprende una imagen inesperada: allá, a lo lejos, lo saluda su mascota desde la brillante cara de la luna llena.
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