3 jul 2011

Cirugía perfecta

Su ayudante ya tenía todo listo cuando llegó, sólo tuvo tomar el bisturí para iniciar. No hubo complicaciones, aunque hubo un momento cuando, al levantar la mirada a media intervención, algo dentro de su campo visual le provocó incomodidad. Sin detenerse a analizar el motivo, continuó. Se encontraba extirpando parte del cerebro, y eso reclamaba toda su concentración.
Habiendo terminado, al recordar el detalle, recorrió el quirófano con la mirada, buscando. Y ahí estaba: un número extraño junto al nombre en el expediente. Presa de la incredulidad, se lanzó a retirar lo que cubría aún la cara del enfermo y se quedó petrificado: ése no era su paciente. Aunque se llamara igual.

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